Este cuadro es, hasta el momento, el primero firmado por una mujer en la historia de la pintura en México. Su autora, María Guadalupe Moncada, nieta de los condes de San Mateo de Valparaíso, fue la primera mujer distinguida como miembro honorario por la Academia de San Carlos.
La imagen de la Virgen de Guadalupe fue una de las más valoradas en la época porque, más allá de su significado religioso, simbolizaba el patriotismo criollo que había en la Nueva España y que al final del siglo XVIII derivaría en el inicio de la lucha por la independencia. Se pintaron innumerables versiones durante y después del Virreinato, pero esta merece una mención especial.