Una costumbre común para la nobleza virreinal era retratar a las mujeres de las familias con sus mejores vestidos para ser promocionadas y contraer matrimonio, ya que esta era una de las funciones sociales principales atribuidas a las mujeres durante el Virreinato, junto con la vida religiosa.
Es el caso de esta pintura de Michaela Ximénez del Arenal, quien es retratada con alrededor de doce años y aparece luciendo su riqueza con una amplia gama de joyería y un vestido con delicados detalles. Finalmente, se casaría alrededor de sus veinte años con Isidro Antonio Icaza, un comerciante reconocido por introducir el cacao en la Nueva España.