La tierra forma parte de una serie de cuatro cuadros titulada Los cuatro elementos. En ella se muestran, a la manera de la pintura costumbrista del siglo XVIII, los elementos como ordenadores del caos, origen de la creación o medios sustentadores de vida.
En esta pieza se observan los alimentos que la tierra ofrece. En un espacio a la orilla de un río, se reúnen los pobladores con motivo de alguna celebración religiosa. Como se observa en el extremo derecho del cuadro, además de la comida, la presencia del pulque es importante para resaltar el ambiente festivo. La mujer con jícara en mano ofrece la bebida que circula por todas las figuras representadas; es una alegoría de la tierra como madre que alimenta y da de beber a sus hijos.