Abraham Ángel, un artista precoz, pasó por un fuerte rechazo por parte de su hermano –quizá relacionado con su orientación sexual– cuando decidió estudiar en la Academia de San Carlos y fue expulsado de su casa a los diecisiete años. Dejó de usar sus apellidos y se fue a vivir con Manuel Rodríguez Lozano, su tutor y amante. La relación estuvo llena de problemas y, tras su ruptura dos años después, Abraham cayó en una profunda depresión que lo llevó al suicidio a tan solo un mes de su vigésimo cumpleaños, en una lamentable pérdida para la plástica mexicana.
Su pintura juega con contrastes entre colores brillantes y atmósferas melancólicas. La figura de La chica representa la tradición religiosa arraigada en la provincia a través del collar en forma de rosario que porta, oponiéndose a su mirada retadora y sensual, mientras que se integra a la modernidad con detalles que remontan a Matisse. Para el momento en que realizó esta pieza, el pintor ya había empezado a incorporar elementos del método Adolfo Best Maugard, basado en el uso de siete motivos primarios del arte primitivo de todo el mundo. Es visible, por ejemplo, en el punto y las líneas del fondo y en el vestido de la protagonista.