José de Retes y Largacha

México es un país muy rico en recursos naturales. Cuando se descubrió que en muchas minas de plata había oro también, el proceso para separar ambos metales era muy complicado y caro, por lo que varios comerciantes aumentaban arbitrariamente los precios para obtener mayores ganancias. El rey Felipe V, junto al virrey Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez de Cabrera, duque de Alburquerque, me seleccionaron como apartador de oro y plata, debido a mi experiencia en minas de hierro en mi natal País Vasco y a la reputación que gané al administrar las haciendas ganaderas en San Luis Potosí, los puestos de importaciones en Acapulco y Veracruz y varias minas en el Bajío que tenía junto a mis hermanos. Con el puesto de apartador adscrito a la Casa de Moneda, centralicé el proceso en una de mis propiedades, homologué los costos dentro del territorio de la Nueva España y busqué que hubiera transparencia en todo el proceso, desde la extracción hasta la venta. La casa donde hacíamos la separación del oro y la plata estaba en la calle de la Acequia, pero por la importancia que tuvo esta oficina, la calle fue renombrada como calle del Apartado. Hoy todavía pueden visitar la que fue mi propiedad, ya que ahora es sede del Museo Numismático Nacional.