Adeodato Moncada y Berrio
Personaje de pintura novohispana
Me pusieron Adeodato por el santo del mismo nombre que fue papa durante la época bizantina y que decían curaba leprosos al besarles las llagas. Tengo el nombre de María de Guadalupe, porque mi familia fue muy devota a la virgen morena y, además, es símbolo del patriotismo criollo que nos caracterizaba. Miguel —el nombre de mi abuelo— y José hacen referencia al arcángel patrono de los soldados y al patrono de la familia, que debían augurarme una vida con una excelente carrera militar y como padre de un vasto linaje, pues fui el primogénito. Por el segundo sucesor de San Pedro, me nombraron Anacleto, deseando que me convirtiera en el segundo heredero del condado de Jaral de Berrio y marquesado de San Mateo Valparaíso. Añadir ″de la Santísima Trinidad″ era para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo me protegieran. Lamentablemente, morí a los nueve años, dejando las esperanzas de mis padres y abuelos a mi hermano menor Juan Nepomuceno, nombrado así por el apóstol más pequeño y el patrono de las malas lenguas.