El paisajista británico Daniel Thomas Egerton, quien tuvo varias estancias en México y finalmente falleció en este país, exhibe en esta pintura del siglo XIX su destacada habilidad para plasmar de manera realista escenas de la naturaleza. En la obra, se aprecian cuatro intrépidos expedicionarios escalando por diferentes rutas entre las nevadas rocas del Iztaccíhuatl. Dos de ellos ocupan una posición central en la composición, lo que sugiere la posibilidad de que Egerton se haya retratado en la pintura, representando así su propio espíritu aventurero. La inclusión de estos cuatro personajes resalta la abrumadora influencia de la naturaleza sobre la pequeñez del ser humano, un elemento característico del movimiento romántico en el paisajismo.