San Pedro es considerado uno de los más importantes apóstoles en la religión católica, y se le atribuye en algunas tradiciones la primera parte del Credo: Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Fue también el primer papa de la historia y, según esta creencia, es quien custodia las llaves del cielo.
Esta pieza, de una técnica con incrustaciones de concha nácar desarrollada en la Nueva España por Miguel González, muestra las creaciones de Dios que son mencionadas en la oración: el sol, la luna, los árboles y algunos animales. La firma del autor a la izquierda, de un tamaño considerable respecto a la composición, abona a este argumento.