Quizás reconoces el lugar donde pasean las personas representadas en esta pintura: la Alameda Central de la Ciudad de México, el primer parque público de todo América. Alrededor pueden verse también la entonces llamada calle del Calvario, el Templo de San Diego y lo que era el Acueducto de la Mariscala. En el primer plano destaca una familia: un padre español, una madre albina y su hijo negro torna atrás. Estos apelativos, junto a otros como “chino” o “zambo”, servían para identificar a los diferentes grupos étnicos o castas que eran producto del mestizaje novohispano, dando pie a un sistema que indicaba jerarquías y roles, pero también servía como propaganda moralizante.
Este tipo de pintura, llamada pintura de castas, surgió en el siglo XVIII y buscaba representar la diversidad racial de la colonia, que era una condición de estatus social, económico y hasta jurídico. En esta pieza, por ejemplo, el color de piel claro de los personajes, principalmente del padre peninsular, permitía que la familia disfrutara de una vida citadina y de esparcimiento más libre en comparación con otras castas de piel oscura. Este tipo de pinturas ha permitido conocer mucho sobre la vida cotidiana de la época y, como en este caso, sobre cómo eran algunos de los lugares que aún existen.