El maestro Mauricio Hernández Colmenero aprendió por su propia cuenta el arte de la cartonería y el papel picado. Siguiendo la tradición guanajuatense, realiza coloridas piezas que forman parte de la celebración mexicana de Día de Muertos. Las principales son los personajes típicos mexicanos, como la china y el chinaco, que durante el siglo XIX fueron populares por sus trajes y su desenvoltura en las calles y en el combate.
Sus técnicas dependen del tipo de pieza que vaya a realizar. En ocasiones prepara moldes que serán de un único uso, o bien, crea las estructuras en alambre, como en este caso, para después recubrirlas poco a poco con papel reciclado y engrudo para finalmente entintarlas. Todo ello parte siempre de una investigación previa de los personajes y del reconocimiento de todos sus elementos representativos.