Cecilia Bautista Caballero combina plumas de aves con delicados hilos de algodón para dar vida a sus rebozos. Se ha convertido en una verdadera guardiana de las técnicas olvidadas, rescatando secretos ancestrales que habían estado desapareciendo poco a poco en Paracho, Michoacán, su localidad de origen. El rebozo de cuadro y el de diez listas son ejemplos de ello.
Bautista Caballero aprendió a manejar el telar de cintura a los ocho años. Desde entonces, y ahora junto a su familia, trabaja para innovar en la rama de los textiles de algodón, que se tiñen con materiales naturales y finalizan con los acabados en plumas. La artesana michoacana ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales, continúa produciendo prendas y enseña a las nuevas generaciones de su comunidad.