El vestido de tehuana es uno de los trajes regionales más conocidos y representativos del país. Es originario del Istmo de Tehuantepec y lo usan tanto mujeres tehuanas como juchitecas en fiestas civiles y religiosas. Por sus colores vivos ha sido el centro de atención de muchos pintores y fotógrafos. Su representación fue popular durante el periodo de pintura nacionalista en México, que dio impulso a los valores e imaginería de lo que se consideraba la identidad mexicana.
En 1920, Montenegro volvió de Europa y realizó un viaje a través del país junto al pintor Gabriel Fernández Ledesma. El acercamiento que tuvo con habitantes de diversas regiones y sus producciones artesanales comenzó a reflejarse en su obra mural y de caballete. Por ello, sus representaciones de tehuanas abandonaron cualquier idealismo y construyó escenas en las que eran testigos y protagonistas de la vida cotidiana nacional.