EEn esta pintura aparece retratada Josefina Eguía y Gil de Polidura con un bebé en brazos y acompañada de su madre, Justa Gil. La escena evoca la imagen de la Virgen y el Niño acompañados de Santa Ana, al tiempo que simboliza el paso del tiempo en las tres edades en un ambiente de estabilidad económica y social que se refleja en el mobiliario o los jarrones. En el fondo de la pintura, la alusión religiosa continúa, con la aparición de los hijos mayores conduciendo una carreta llevada por borregos. Tras ellos, se vislumbra el convento de Santiago Tlatelolco y el cerro del Tepeyac con la colegiata de Guadalupe. Este conjunto de elementos establece un vínculo entre la religión y el papel de la mujer, en particular, la devoción a la Virgen de Guadalupe.
El autor de esta obra, Édouard Pingret, vivió en México solo cinco años, de 1850 a 1855. A pesar de este breve periodo, logró destacarse como uno de los pintores más hábiles en capturar a la sociedad de un México joven e independiente.