“Llorar como una magdalena” es una expresión que alude a María Magdalena, mujer considerada pecadora y que fue salvada por Jesús de ser apedreada. Esta frase se refiere al momento en que, junto con la Virgen María, presenció la muerte de Jesús en el Monte Calvario.

En esta pintura atribuida a Juan Tinoco, María Magdalena es representada con gestos de melancolía y arrepentimiento, renunciando a los placeres y riquezas terrenales simbolizados en el perfume que se derrama, el collar de perlas que se rompe, además de la manta que cae sobre sus rodillas y su vestido deshilado. El gran trabajo en el uso de la luz indica su conversión a la vida santa: el halo en su cabeza representa la gracia de Dios que le otorga la fortaleza de la fe.