El bullicio y el comercio que se plasman en esta pintura capturan la vida cotidiana del siglo XIX de manera extraordinaria. La escena popular del mercado de la Plaza Mayor de Puebla es un destacado ejemplo de la riqueza que caracteriza a las obras costumbristas de esa época. José Agustín Arrieta, en este óleo, logra transmitir la animada atmósfera de la plaza durante las jornadas de venta, lo que permite al espectador imaginar vívidamente cómo eran las calles y observar la minuciosidad de las vestimentas y los varios productos que los comerciantes ofrecían.

Además, la pintura ofrece una perspectiva de la diversidad de población en el México independiente, ya que es probable que en este lugar se congregaran grupos y personas de distintos estratos sociales. Esta obra fue encargada por el empresario alemán Joseph Lang, quien aparece retratado en el extremo derecho del lienzo, acompañado de su esposa y su mascota.