Hilario Alejos y su familia han colaborado ampliamente para que su trabajo formase parte del imaginario de nuestro país. Su madre, Elisa Madrigal Martínez, fue quien empezó a crear objetos utilitarios en forma de piña en los años 50, específicamente “poncheros”, recipientes para preparar y servir ponche y otras bebidas.
El maestro Hilario ha continuado con esta tradición, imprimiendo su propio estilo al crear tanto “poncheros” como otros objetos, como ollas o candelabros. Ha variado el color a amarillo o azul y usado la figura de la piña como principal motivo, además de otro tipo de frutas y plantas afines, en este caso la biznaga.
Su trabajo como alfarero empezó a sobresalir muy pronto por su calidad y destreza en los acabados, sobre todo en vidrio. Hoy en día, sus hijos tienen sus propios talleres en su natal Tangancícuaro, en Michoacán. La piña ha sido reconocida por muchos y es, incluso, la portada del catálogo Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano de Fomento Cultural Banamex.