El día 24 de junio se conoce como el Día de San Juan por el nacimiento de San Juan Bautista. Sin embargo, la tradición proviene de las celebraciones paganas del solsticio de verano, en las que una de las costumbres más arraigadas es la de bañarse para limpiar el espíritu. Esta obra es una reinterpretación de la fotografía homónima de la artista y amiga del autor, Lola Álvarez Bravo, en la que se retrata la Alberca Pane, un célebre balneario porfiriano en la capital que para los años treinta finalizaba su decadencia.

Julio Castellanos presenta una gran cantidad de personajes en múltiples escenas de manera simultánea, que parecen luchar por captar nuestra atención. Una joven de pie envuelta en una toalla blanca fija su mirada en el espectador, invitándolo a unirse a la multitud. La vestimenta de la joven recuerda a las figuras clásicas y a la Venus de Botticelli, lo que refuerza su aspecto mítico. Además, es el único personaje que dirige la mirada fuera de la escena, actitud que se suma a la atmósfera enigmática que rodea la composición. Si bien los personajes parecen formar parte de una actividad cotidiana, la variación de perspectivas y el juego de proporciones sugiere algo más bien poético y misterioso.