Una de las producciones artísticas del Virreinato con mayor éxito fue la de láminas de pintura y concha nácar. Estas piezas, hechas en los siglos XVII y XVIII, son conocidas actualmente como “enconchados”, aunque el término utilizado en la época era “embutidos de concha”.
Los enconchados se caracterizan por tener pequeños trozos de concha nácar incrustados en los soportes de madera y después cubiertos por varias capas de tintas y lacas. Esto produce un efecto muy especial de brillos, transparencias y colores iridiscentes en las figuras representadas. La colección del Banco Nacional de México cuenta con seis magníficos ejemplos de esta técnica que pertenecen a una serie de doce tablas dedicadas especialmente a la oración del Credo y a los apóstoles. Por ello, la serie ha sido conocida como “Alegorías del Credo”.