Los wounaan son un grupo indígena del sureste de Panamá que conserva un legado ancestral: el tejido de canastos con fibras vegetales. Por su belleza y complejidad, se han convertido en una artesanía milenaria que ha preservado Edilsa Hitucama, quien aprendió el oficio de su familia.
Para tejer una canasta, Edilsa se ayuda de otros expertos para obtener primero la “naguala”, una fibra con la que hace el nudo que sirve de base a la cesta, y la “chunga”, una especie de rafia con la que se hace el finísimo tejido. Estas fibras deben calentarse en un recipiente con agua a punto de ebullición para que puedan ser desmembradas con los dedos y se pueda obtener la mayor cantidad posible de hilos.
Edilsa usa sustancias vegetales para dar color a sus piezas. Para el rojo y el naranja utiliza el achiote, el azafrán para los tonos amarillos y polvo de madera para el chocolate y el negro. Con las hojas solimán obtiene los azules y usa otras plantas locales para crear morados y grises. En el proceso de teñido, la tierra negra que se encuentra en el bajo de los ríos juega un papel muy importante, pues con ella crea los diferentes tonos y matices. Para la artista, el buen trabajo debe tener una simetría perfecta y una gran firmeza.